Nace en Santiago de Chile en 1943. Su educación bajo el método Montessori lo introduce desde muy pequeño en las artes musicales, a las cuales decidirá tempranamente dedicar su vida. 

En sus últimos 43 años de carrera Arriagada ha compuesto la música para 160 películas, las cuales le han significado más de 40 reconocimientos y nominaciones en Festivales internacionales, 18 de ellos en Cannes. Su repertorio incluye el corto y largometraje, la música para ficción y para documentales, e incluso para exposiciones de artes visuales.

En su extenso catálogo de obras para cine, 46 corresponden a obras musicales compuestas para filmes de Raúl Ruiz, entre las que se cuentan ‘El ojo que miente’ (1992), ‘Tres vidas y una sola muerte’ (1996), ‘El tiempo recobrado’ (1999), ‘Las almas fuertes’ (2000) y ‘Ese día’ (2003), todas seleccionadas en la Competencia Oficial del Festival de Cine de Cannes; ‘La ciudad de los piratas’ (1983), ‘Los destinos de Manuel’ (1985), ‘La lechuza ciega’ (1987), ‘Genealogías de un crimen’ (1998) y ‘La noche de enfrente’ (2011), entre otros.

Arriagada también ha compuesto partituras para una veintena de películas de cineastas chilenos como Miguel Littin (‘Los náufragos’, 1994), Patricio Guzmán (Madrid, 2002), Valeria Sarmiento (‘Secretos’, 2008; ‘Le cahier noir’, 2018), Gonzalo Justiniano (‘Hijos de la guerra fría’, 1986), Tatiana Gaviola (‘Mi último hombre, 1996), Ricardo Larraín (‘El entusiasmo’, 1999) y Marcela Said (‘El mocito’, 2010), y una gran cantidad de colaboraciones con reconocidos cineastas franceses y europeos como Barbet Schroeder, Olivier Assayas, Jean Pierre Mocky y Benoit Jacquot, entre muchos otros, junto a su creación musical para el filme póstumo de Orson Welles ‘It’s All True’ (1993).

El trabajo de más de cuatro décadas de Jorge ARRIAGADA lo consolida como uno de los compositores chilenos más originales, transversales y versátiles de la actualidad, además de ser sin duda el de mayor reconocimiento internacional. Es un músico que ha puesto en jaque los preceptos instituidos, los límites fijados y las verdades absolutas sobre lo que se dice y hace de la música. Su obra ha sentado un precedente en cuanto a lo que un compositor puede crear, rompiendo así los límites entre lo docto-popular-folklore y tradición; así como también los medios sonoros que pueden ser de propiedad de cualquiera de estos “estratos”.